Casi como un copo de nieve
sus rostros caían
dibujando en escarcha
una mueca de lata.
El calor se ausentaba en sus labios
maquillados carmesí
Si no fuera por esos dos dientes
de esmalte plata clavándome el cuello
no hubiera sospechado de sus intenciones
de castillo de hielo.
Bocas evocan palabras de nieve
perfumadas a estaño fundido
Trozos de oro conquistarán próximamente el lecho
caliente
de un diente de leche.
LP
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